Cuando tú naciste, te ayudaron a respirar e inmediatamente después, miraron qué hora exacta marcaba el reloj.
En un breve instante, entraste en el mundo de las personas, tus pulmones empezaron a filtrar el aire y a tomar oxígeno y tu corazón empezó a palpitar ya como un ser independiente.
Con la mirada puesta en el reloj, fijaron y anotaron, el momento exacto en que tú comenzabas a disponer del don de la “vida”: tu Tiempo.
Es muy importante que recuerdes, que dependiendo del entorno donde naciste y resides, tienes unas expectativas de vida diferentes. Dispones, según las estadísticas, de un determinado tiempo, más o menos extenso, para desarrollar actividades en este planeta, que llamamos “Tierra”.
¿Cuánto tiempo tienes tú?
- Si tú naciste en Japón, Suecia, Francia o Canadá, tus expectativas pueden superar los 80 años.
- Si lo hiciste en Guatemala, la India, Bolivia o Rusia, puedes llegar casi a los 70 años.
- Si fue en Nigeria, Afganistán, Zimbabwe o Angola, pueden existir dificultades para llegar a los 50 años.
Si pinchas en este enlace puedes ver: Las expectativas de vida de las naciones del mundo
Por ello, es tan importante, que reflexiones sobre cómo utilizar este don, “el Tiempo”.
De cómo proceda cada persona, dentro de su entorno, dependerá que las expectativas estén más de acuerdo con las estadísticas o que éstas mejoren gracias a la forma de vivir que cada uno elija dentro de sus posibilidades.
Afortunadamente, nadie sabe a ciencia cierta, cuando se terminará la arena en su reloj, por ello es muy importante programar el Objetivo, para alcanzar el Fin Social, que cada persona, como Centro de Evolución Social, puede definir y alcanzar, para bien de si mismo, de su familia y del entorno donde viva.
Nunca debemos malgastar este Don, “el Tiempo”, teniendo la mente ocupada en pensamientos negativos y tristes.
En cada amanecer, tienes que agradecer el don recibido y actuar con alegría, para así, avanzar con ilusión por el camino del progreso, que tú estás marcando.
¡Tú eres el motor de la economía!